Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

Si quieres cambiar el mundo en el que vives, comienza por cambiarte a ti mismo (Mahatma Gandhi). Si quieres cambiarte a ti mismo, primero debes conocerte. (5)

Imagen
Los impulsos o tendencias primarias nos convierten en autómatas, pues dirigen nuestra vida, la totalidad de nuestro tiempo, aún siendo conscientes de su pulsión y sin que podamos hacer gran cosa para cambiarlo. Buscamos pertenecer a un grupo, ya sea familiar, de amigos, de compañeros de trabajo, de juegos, etc. Somos seres gregarios porque está implantado en nosotros el instinto de pertenencia y es tremendamente poderoso. No decidimos formar parte de un grupo, sino que hay un programa en nosotros que nos impulsa a ello, sin margen para la discusión. Del mismo modo estamos programados para formar parejas, para buscar relaciones románticas o simplemente sexuales. Hay algo dentro de nosotros que nos impulsa con la recompensa del placer, la tranquilidad  personal y la estabilidad emocional. Uno, salvo contadas excepciones, no decide buscar y crear una pareja. Algo dentro de nosotros nos impulsa a ello y si no lo conseguimos, nos castiga haciéndonos sentir mal. Nos sentimos mal cuando

La ausencia del Yo y del pensamiento. Sobre la posibilidad de que en realidad no pensemos. La mente como pantalla compartida por todos. (4)

Imagen
¿Y si no hubiera ningún Yo dentro de nosotros la mayor parte del tiempo; y si no hubiera " nadie"dentro de esa estructura que llamamos cuerpo-mente? Creo que durante la mayor parte de nuestra vida no hay ningún Yo, tal y como se entiende normalmente. El Yo debe nacer. No existe ningún yo porque en realidad durante la mayor parte de nuestra existencia  no pensamos; es después de algunos años, una vez concluida nuestra programación-educación, cuando aparece la capacidad para reflexionar; siendo esto es lo que se acercaría al verdadero acto de pensar. Pero vayamos por partes. Para poder comprender este punto de vista, debemos empezar por preguntarnos qué son los pensamientos y para saber lo que son, debemos observarlos. Desarrollar la capacidad de observación de nuestros propios pensamientos requiere cierto tipo de práctica; pero una vez alcanzada, la primera pregunta debería ser: a la vista de lo que observamos, ¿qué podemos decir sobre lo que es un pensamiento? Me p