Espíritu, Alma, Ego. El mapa del camino espiritual II

Espíritu, alma, ego. Conceptos básicos a la hora de hablar del camino espiritual

El camino espiritual y personal
El Camino espiritual y personal
Cómo dije en mi anterior post (Mapa del Camino Espiritual I), para poder emitir un mensaje y que te entienda tu interlocutor, en primer lugar, tenemos que ponernos de acuerdo en lo que significan los términos principales que utilizaremos para comunicarnos. Debemos exponer con claridad los conceptos con los que vamos a dialogar.
En este caso cuando hablo del espíritu es necesario que el que me está leyendo o escuchando sepa qué es el espíritu para mí, ya que no todas las palabras significan lo mismo para todos. Es posible que coincidamos en el contenido de esa palabra, en su significado, pero también es posible que llamemos a lo mismo con otro nombre.
Esto suele ocurrir mucho cuando hablamos del ego. Cada persona tiene un concepto distinto de lo que es, y, en consecuencia, surgen malos entendidos. Lo que puede llevarnos a la confusión y a realizar malas prácticas a la hora de desarrollar los postulados del camino espiritual.
El espíritu
¿Cómo podríamos definirlo de un modo sencillo y comprensible para todos?
Podemos decir que el espíritu es la estructura energética que sostiene al cuerpo material.
En occidente esta estructura energética se ha intuido, pero no se le ha estudiado por que no se le ha tomado en serio hasta hace relativamente poco tiempo. Se le ha dado el nombre genérico de espíritu. Y se ha representado en forma de aureola en quienes se ha pensado que eran personas que habían alcanzado cierto grado de evolución espiritual, como por ejemplo los santos católicos.
Puesto que la filosofía occidental toma como base los últimos descubrimientos y postulados de la ciencia para interpretar tanto la idiosincrasia de la naturaleza como la del hombre; hasta que la física de las partículas, —la física cuántica— no ha sido divulgada fuera del ámbito científico, los filósofos no se han parado a especular, suficientemente, sobre el asombroso espacio, aparentemente vacío, plagado de fuerzas cuyas leyes aún se desconocen totalmente.
Sin embargo, en oriente, cuya forma de observar la realidad no se ha regido por las férreas normas de la ciencia (que no dejan de ser puras convenciones), “ese espíritu” se lleva estudiando desde hace miles de años. Y no solo se le ha descrito, sino también se han trazado “mapas” de sus canales y cómo se puede actuar sobre ellos, por ejemplo mediante la acupuntura. De ese modo pueden eliminar las obstrucciones energéticas que se manifiestan en forma de enfermedad en el cuerpo físico que sostienen.
El Ego
Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, una de las primeras ideas de la que nos hablan es del Ego y la necesidad que tenemos de controlarlo.
Vamos a ver en qué consiste ese tan traído y tan llevado ego.
La tradición compara al ser humano con un carruaje tirado por un caballo al que dirige un cochero.
El carruaje representa al cuerpo físico con todas sus necesidades. (De esas tratará el camino de evolución personal).
El Caballo representa al cuerpo emocional. Siendo las emociones la fuente de energía que pone en movimiento al carruaje.
El cochero representa nuestra mente. Encargada de cubrir las necesidades del cuerpo (el carruaje), controlar las emociones del caballo y sobre todo tener claro hacia dónde quiere dirigirse.
Al conjunto formado por el carruaje, el caballo y el cochero es a lo que llamamos ego o personalidad.
En occidente existe un malentendido y es que identificamos el ego con la vanidad, el orgullo o la presunción y eso solamente son sensaciones y emociones pertenecientes a una porción realmente pequeña de la personalidad.
El problema es que el cochero (la mente) a menudo desconoce las verdaderas necesidades del cuerpo, del carruaje, y le hace daño o lo deteriora. Se asusta de las emociones del caballo y también asusta al caballo con sus pensamientos de temor. Por lo que dirige mal a su verdadero motor. Llevando al carruaje (el cuerpo) al colapso nervioso. En general los tres están en conflicto y tratan de imponer su voluntad los unos sobre los otros.
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.” Romanos 7 (19-25)
El camino espiritual
Conceptos básicos del camino espiritual
Para el ser que no ha evolucionado espiritualmente y sobre todo personalmente, el carruaje en su conjunto, incluida la mente, funcionan en una especie de piloto automático. Sobre todo, la mente que lo hace en base a su programación (educación) y un conocimiento parcial de la realidad.
El conocimiento del Ego, o personalidad, y del modo en el que se rige, es una necesidad fundamental para avanzar tanto por el camino espiritual como por el camino de crecimiento personal.
Al Ego hay que respetarlo, si razonas con él se apacigua, si le tratas de imponer tu voluntad por la fuerza (la fuerza de las creencias sin antes razonar con él, sin antes “desprogramarte”) ten por seguro que él vencerá. Al ego no hay que doblegarlo, simplemente hay que educarlo. Por otra parte, sin ego, tal y como lo he descrito, no existiría el ser humano del modo que lo concebimos. Aniquilar al ego, es aniquilar al ser humano que somos.
El Alma
En la imagen del carruaje, el cochero y el caballo, vemos como el coche va vacío. El cochero carece de un “Señor” que dirija su camino y le diga dónde debe dirigirse.
Es Señor, recibe múltiples nombres: Esencia, Ser Superior, Maestro Interior o Alma. Cada escuela o maestro espiritual se refieren a él de un modo distinto.
El Alma está presente en el cuerpo espiritual, pero está ahogada por la personalidad o Ego (el cochero, el carruaje y el caballo). Tiene que ir ganando fuerza poco a poco hasta que se haga manifiesta, adquiera fortaleza y se convierta en el verdadero dueño y señor.
Es como “un niño por nacer” dicen los textos sagrados hindúes.
De este nacimiento se encarga el camino espiritual y se trata de una verdadera batalla.
No solo debe nacer sino crecer y hacerse fuerte para que pueda ponerse al mando de la personalidad y dirigirla hacia su meta u objetivo particular.
“Sed como criados que están esperando que el amo regrese de una boda, listos a abrirle la puerta en cuanto llegue y llame.
Pues también vosotros estad preparados, porque ni siquiera podéis imaginar en qué momento va a venir el Hijo del hombre”. Lucas 12 (35-48)
Veamos lo que dice Gurdjieff al respecto.
“…sucede a menudo que la esencia de un hombre muere mientras que su personalidad y su cuerpo* permanecen vivos…
…más y más raramente, más y más débilmente; aún muchas veces la esencia se detiene en su crecimiento a una edad muy temprana y no puede crecer más.
Casi todas las personas que vemos en las calles de una gran ciudad son así, interiormente vacías; en realidad, están ya muertas…”
Tanto el camino Espiritual como el Camino de Crecimiento Personal es un proceso que dura años, para la gran mayoría dura toda su existencia, toda su vida.
*(Gurdjieff no incluye al cuerpo en la personalidad. Para mis escritos, el cuerpo forma parte de la personalidad o ego)
Por Valentín Martínez Carbajo
Continuará en sucesivos posts.
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